Es curioso como con el paso de los años he conseguido desarrollar mi tolerancia a todas esas cosas que no solo no me gustan en absoluto, si no que como diría un buen amigo, “me timpanizan”
Es mas, en algunas ocasiones, incluso he conseguido encontrarle algún aspecto positivo, si es que lo tenía…

Doy por sentado que es una consecuencia directa del inexorable proceso de madurez al que los seres humanos estamos sometidos desde que nacemos…

Pero es aun mas curioso que esta transigencia aprendida del paso de los años, jamas hace acto de presencia cuando hablamos del flamenco…

Respeto profundamente a quien le guste este genero y por esa razón, trato de hacerlo desde la distancia a la que procuro mantenerme del flamenco y todo lo que le rodea, algo se repite cuando hablamos del reggaeton… disciplina que eleva mi timpanización a un nuevo nivel en el que solo alcanzo a cuestionarme la teoría de la evolución y la necesidad de que los seres humanos prevalezcan dentro del orden natural.

En alguna ocasión anterior en la que me tocó grabar por contrato a algún artista que practica esta disciplina, ya expliqué ampliamente mis opiniones sobre este genero, así que tampoco es pertinente repetirse sobre este tema, por que sería un ensañamiento sobre un concepto que a poco que manejes el castellano ya debería de haber entendido.

Pleno respeto por quien disfruta de una sensibilidad de la que obviamente yo no disfruto.

En lo técnico, decir que por fin coincide un jueves de buen tiempo y esto nos permitió volver a captar las imágenes de atardecer a las que estábamos acostumbrado y que en lo que va de agosto, hemos echado mucho de menos de menos.

El atardecer también va evolucionando a una velocidad de vértigo y ya se nota como anochece antes.

El mes pasado los conciertos empezaban de día y terminaban de día, y ahora empiezan a las ocho de la tarde pero ya terminan un rato después de la puesta de sol,  otro factor a tener en cuenta a la hora de organizar la grabación cada jueves.

Como novedad, en esta ocasión nos decantamos por grabar uno de los primeros temas del concierto, con el fin de buscar una imagen general un poco mas cercana a la de conciertos anteriores, estirando así un poco el look general que llevan los videos hasta el momento.

Como consecuencia directa de esta novedad, también nos encontramos con mas tiempo para grabar recursos de puesta de sol o contraluces, que tan bien funcionan en el montaje final.

No siempre podemos priorizar basándonos en la luz del dia, pero viendo como era el concierto de ayer, nos pareció que era una de esas ocasiones en la que podemos decir que la luz manda…

Generalmente nos adaptamos al concierto en el transcurso de la prueba de sonido, algo que te limita mucho a la hora de planificar, pero ese es precisamente uno de los atractivos de este certamen, que realmente trabajas con tan poco margen que cada concierto que termina bien es un subidón adrenalina.